Pechugas de pollo liofilizadas

Pechugas de pollo liofilizadas

Precio habitual
€4,20
Precio de oferta
€4,20
Impuesto incluido. Los gastos de envío se calculan en la pantalla de pagos.

🐔 Pechugas de pollo - Liofilizadas y Naturales💛

Estas pechugas de pollo liofilizadas son un snack sano y natural, ideal para darles snacks saludables, sin cereales ni aditivos, con un montón de nutrientes.

También podemos dárselas a gatos, aunque el tamaño es más grandecito, podremos trocearlo.

🧊 ¿Qué es la liofilización y por qué es tan buena?

La liofilización es un proceso natural de deshidratación en frío. Se congela el alimento y luego se elimina el agua sin aplicar calor, lo que permite:
❄️ Conservar todos los nutrientes esenciales.
🍗 Mantener el sabor y olor natural de la carne, ¡y por eso les encanta!
Alargar la vida útil sin necesidad de conservantes.

Esto convierte a los snacks liofilizados en una opción nutritiva, ligera y muy sabrosa 😋

❤️ ¿Qué hace especiales a estos snacks?

100% pechuga de pollo: Un solo ingrediente. El pollo es una carne súper suave para estómagos sensibles.

✅ Monoproteicos: Perfectos para dietas de descarte o perros con intolerancias.

✅ Alta palatabilidad: Su sabor y aroma natural los vuelve ¡irresistibles!

✅ Sin cereales, sin aditivos, sin conservantes 🚫

TRUQUITO: Son tan fáciles de desmenuzar que puedes usarlos como topper encima de su comida habitual para darle un sabor brutal sin añadir nada artificial.

Formato: 30gr (al estar liofilizadas, son snacks que pesan muy poco pero cunde muchísimo, aunque en la foto salga 60g escrito, la bolsa es de 30g)

Ingredientes: 100% pechugas de pollo liofilizadas

Análisis nutricional: Proteína bruta 86,7% Fibra bruta 0,3% Grasa 6,5% Cenizas 4,6% Humedad 1,8%

IMPORTANTE: Recomendamos siempre dar todos los snacks bajo supervisión

Conservación: para garantizar frescura y sabor, los snacks naturales deshidratados deberán guardarse en envases herméticos bien cerrados, preferiblemente de vidrio aunque también podemos emplear el plástico u otro material. Los dejaremos en lugares frescos y secos, sin humedad ni altas temperaturas. Podríamos meterlos en la nevera o incluso congelarlos si vamos a tardar en consumirlos.